Sunday, July 5, 2009

El final

Viví seis meses en el sur de Nigeria. Trabajé como expatriado de una misión medica de una organización sin nombre; los Blog están prohibidos y no resistí los deseos de narrar lo que sucedía a mí alrededor. Partí lleno de sentimientos encontrados. Mi misión termina hoy.

Port Harcourt, Enero 8 - Julio 5, 2009

Saturday, July 4, 2009

Lapidarium 5

Cuando realicé aquel surreal viaje al sahel, estaba asombrado de que las personas pudieran vivir en un ambiente tan seco, tan árido. Solo siete días después tomé la misma carretera pero ahora en dirección sur y para mi sorpresa la encontré llena de vida. Los ríos secos seguían estando ahí, desoladores, pero ahora veía pastizales, personas arando y sembrando. Cómo no pude ver esos hermosos árboles de mango a mi llegada, estaban ahí, en medio de la nada. Solo siete días en medio del Sahel habían cambiado la forma en que veía la carretera.


Estaba decidido a entrar a la Mezquita de Abuja, sin duda la mas grande del país. deseaba también tomar la foto que no pude tomar en el norte, la foto que me debe Nigeria: la calle llena de gente rezando hacia la Meca a las 2pm del viernes. Mi plan estaba cuidadosamente diseñado: llegar a Abuja con dos días de anticipación, encontrar tiempo para hacer reconocimiento de terreno, buscar el lugar donde se localiza la multitud, y un lugar donde esperar. Como siempre mi plan salió mal. Para empezar en Abuja me encontré con Misao, con quien disfruté de los cuatro restaurantes y de las tres salas de cine de la ciudad, lo que consumió mis dos primeros días, imposibilitando las actividades de reconocimiento. Adicionalmente, la noche del jueves asistí a la fiesta española y a su exitosa y decadente secuela liderada por la representación francesa, lo que me obligó a llegar al hotel a las 4am. A la 1pm del viernes la escena no podría ser mas desoladora: 42 grados centígrados, gafas oscuras, dos botellas de agua heladas calentándose rápidamente. Misao llegó al poco tiempo casi arrastrándose. Era la primera resaca de su vida. Me dio los buenos días Japoneses: “Ohayo Gozaimasu D San…”, sin responder, le pasé la segunda botella de agua helada. La tomó algo asombrada: “Anata wa tensai desu! (usted es un genio…)”…le respondí con un perfecto japonés de Miyasaki: “Anata wa sori desu…” (usted es un primer ministro…)” …para sorpresa de nadie, mis clases de Japonés han fracasado…poniéndose las gafas oscuras dijo la única palabra que le he enseñado en español: “Silencio D san…”…el sol nos aplastaba como solo aplasta a los deshidratados y Bonmi, el taxista de confianza, estaba retrasado como siempre.

A la una y 45 de la tarde saltábamos desde un Toyota Corolla rojo: las calles estaban colapsadas a dos cuadras veía la Gran Mezquita de Abuja. Es momento de correr bajo el sol. La mezquita tiene dos marcos de entrada que dan a un enorme parqueadero, después del primer marco azul estás oficialmente en la mezquita, no hay vendedores y las mujeres deben tener la cabeza cubierta. En frente del marco de la entrada se apilan vendedores de collares, de comida, de telas. Encontré dos libaneses y les pregunté si era posible entrar sin ser Musulmán. Ellos me miraron algo asombrados: “Este es un centro de oración y paz. Porqué razón no podrías entrar…?...ven, te mostraremos el camino…” con alivio dije “gracias…vamos Misao…” ellos dijeron con la misma calma: “donde vamos no puede ir ella…” la miré disculpándome. Estaba resuelto a entrar.

Cuando estaba entrando por el marco de la entrada al parqueadero aparecieron varios carros de policía que cerraron la calle, solo los musulmanes con sus shilabas podía transitar, el cierre se debía a la llegada de Yur’Ardua, el presidente para asistir a la oración. En el parqueadero había dos camiones de trasmisión de televisión, solo hombres caminando rápido hacía la entrada, pordioseros de lenguas desconocidas, te encuentras unas escaleras, y mas escaleras y después te paras enfrente de la mezquita, es gigantesca, perfectamente cuadrada, a la entrada niños piden que dejes tu zapatos. Entras descalzo y a pesar de tu apariencia totalmente occidental nadie te pregunta nada. Cada uno esta en los suyo, totalmente el paz.

Thursday, July 2, 2009

Le vent nous portera

Cuando una misión termina tienes amigos regados por el mundo, un ticket de regreso que atraviesa varios continentes, y mucho tiempo libre. La coordinadora americana pasará por Paris, Dublín y Barcelona. Misao, siempre de extremos, disfrutará de la libertad de viajar sin visas y pasará por cuatro países y tres continentes durante dos meses. Mi viaje empezará por Abuja, donde un cordero asado al estilo libanés tiene una D escrita en sus costillas. Después tomaré el avión Abuja-Malabo-Frankfurt-NY. Es la tercera vez que visito NY en los últimos 9 meses y la siento extrañamente familiar. El propósito de mi visita es reunirme con el equipo de coordinación y hablar cara a cara sobre mi siguiente misión. Después tengo un asunto pendiente en México que no da mas largas. A la 1.20pm del 11 de julio veré por primera vez los cerros de monterrey. Llegaré al aeropuerto Benito Juárez como es debido: sin tiquete de regreso. Mis planes en ese país están llenos de reencuentros, viajes, comidas, bebidas y carecen de fechas. Eso me permitirá llegar a Bogota como siempre he querido: de sorpresa.

Wednesday, July 1, 2009

La verdad sobre la ayuda humanitaria

La ayuda humanitaria es apasionante, solitaria, intensa, algunas veces hasta delirante, pero no es satisfactoria, no te hace sentir útil, no te da paz, no sientes que has arreglado el mundo, ni tan solo ayudado un poco. Estoy orgulloso de la decisión de venir, pero de nada más. Metí mi vida entera en una maleta de 25 kilos y conocí una multitud de gente. Imagino que si les preguntáramos a los otros expatriados responderían lo mismo: No tengo ni idea de porqué vine, ni porqué me quedé, pero me muero de curiosidad por hacerlo otra vez.

Las procesiones internas

Es responsabilidad del expatriado saber cuanto tiempo necesita descansar entre misiones. Mis reclutadores sugerían no menos de 3 meses: “…un mes para dormir, otro para sacarte a la misión de debajo de la piel, y el tercero para descansar realmente….”. Mi misión oficialmente tiene 6 meses, pero me gusta pensar que empezó mucho antes: en el momento en que llegó el correo que decía Port Harcourt, delta del Niger, o cuando me subí en el avión hacia NY para mi apasionante entrenamiento y me di cuanta que ya no había marcha atrás. Talvez, el viaje comenzó de verdad aquella mañana de sábado que hablé por primera vez con P y empezó a encarrilarse mi destino hacia África. Si este viaje empezó hace tanto tiempo no puede termina en menos de una semana. La misión vivirá en mi memoria, y mi memoria la editará, incansable y obsesivamente. Este viaje no terminará nunca.

Sobre los nuevos

Mañana llega mi reemplazo y entonces el relevo de los expat de terreno será completo. Me tomará 4 días explicarle como ser el nuevo D. Por lo pronto veo en los nuevos todas las inquietudes y sorpresas que sentía a mi llegada: el calor, las calles llenas de gente. La diferencia más evidente con ellos es el nivel de energía: Seis meses en terreno sin vacaciones me han dejado en estado de agotamiento constante. Ellos, los nuevos, llegan recargados, ven las calles curiosos, mientras tanto el último expatriado antiguo de terreno se pone su ipod, las gafas oscuras y sueña con un capuccino. Por la mañana las diferencias son aun mas claras; La nueva Logista se sienta enfrente mío, tiene un nuevo tatuaje en la parte interior de la muñeca, me mira con esos ojos azules y empieza a hacerme preguntas. Lleva elegante ropa azul de verano, que en seis meses estará totalmente destruida por ser lavada a mano sobre piedra. Yo estaba por mi segundo café.

Monday, June 29, 2009

Dos multitudes

A Port Harcourt llegué la mañana caliente del primer sábado de enero. Por la noche se realizó la fiesta de año nuevo en la casa expat; el organizador de la fiesta decidió hacer historia e invito al completo staff del hospital: 230 personas. Afortunadamente no todos aparecieron, tal vez solo la mitad, pero aquellos que llegaron trajeron a su novia, novio, hermanos, primos, amigos y vecinos. Había enfrente mío una multitud de alrededor de 500 personas que bailaba, reía, saltaba, comía, bebía, todos elegantísimos al lado de mis bermudas y camiseta blanca. Aquel día me fui a dormir temprano culpando al Jet-Lag. La verdad era que encontraba totalmente impenetrable esa multitud desconocida.

Ayer se realizó la fiesta de despedida de los expatriados que partirán próximamente: Misao (5 meses), Line (4 meses), y D (6 meses). Coordinador de actividades y “master mind” del evento: D. desde el principio decidí que esta fiesta sería diferente; No quería una multitud de desconocidos, prefería un grupo selecto de gente bonita. Le avise a mis dos asistentes y a los cuatro logístas, Line le aviso a 3 personas con quien trabajó todos los días, Misao invitó a cuanta persona encontró en su camino. La primera en llegar fue Cristy, mi asistente, acompañada de sus dos hijos y amigable esposo. Al poco tiempo llegó Charles, nigeriano joven que habla con la pausada calma de un cura. A la fiesta llegó también la enorme Glory, que cada vez que me ve me señala con un dedo y grita: this is D…the Colombian D…estaba también Akuna, Sonny, Celestine, Isidore, Nancy, Samuel, Angela, Charity, Godwin, Ambrose, Clifford, George, Apolos y tantos otros.

La noche estuvo llena de momentos memorables: El DJ nos alegró la vida con un homenaje póstumo a Michael Jackson, para sorpresa de todos, el callado jefe de enfermeras puede hacer el “moonwalk”, Leticia, en medio de una cordialidad etílica olvido todo conflicto con Larry. Todos reían, todos bailaban. En medio de la fiesta estaba Aurelie. Acababa de aterrizar en Port Harcourt para quedarse seis meses. Yo veía en su cara lo que sentí hace casi seis meses parado enfrente de un grupo de extraños.