Monday, June 29, 2009

Dos multitudes

A Port Harcourt llegué la mañana caliente del primer sábado de enero. Por la noche se realizó la fiesta de año nuevo en la casa expat; el organizador de la fiesta decidió hacer historia e invito al completo staff del hospital: 230 personas. Afortunadamente no todos aparecieron, tal vez solo la mitad, pero aquellos que llegaron trajeron a su novia, novio, hermanos, primos, amigos y vecinos. Había enfrente mío una multitud de alrededor de 500 personas que bailaba, reía, saltaba, comía, bebía, todos elegantísimos al lado de mis bermudas y camiseta blanca. Aquel día me fui a dormir temprano culpando al Jet-Lag. La verdad era que encontraba totalmente impenetrable esa multitud desconocida.

Ayer se realizó la fiesta de despedida de los expatriados que partirán próximamente: Misao (5 meses), Line (4 meses), y D (6 meses). Coordinador de actividades y “master mind” del evento: D. desde el principio decidí que esta fiesta sería diferente; No quería una multitud de desconocidos, prefería un grupo selecto de gente bonita. Le avise a mis dos asistentes y a los cuatro logístas, Line le aviso a 3 personas con quien trabajó todos los días, Misao invitó a cuanta persona encontró en su camino. La primera en llegar fue Cristy, mi asistente, acompañada de sus dos hijos y amigable esposo. Al poco tiempo llegó Charles, nigeriano joven que habla con la pausada calma de un cura. A la fiesta llegó también la enorme Glory, que cada vez que me ve me señala con un dedo y grita: this is D…the Colombian D…estaba también Akuna, Sonny, Celestine, Isidore, Nancy, Samuel, Angela, Charity, Godwin, Ambrose, Clifford, George, Apolos y tantos otros.

La noche estuvo llena de momentos memorables: El DJ nos alegró la vida con un homenaje póstumo a Michael Jackson, para sorpresa de todos, el callado jefe de enfermeras puede hacer el “moonwalk”, Leticia, en medio de una cordialidad etílica olvido todo conflicto con Larry. Todos reían, todos bailaban. En medio de la fiesta estaba Aurelie. Acababa de aterrizar en Port Harcourt para quedarse seis meses. Yo veía en su cara lo que sentí hace casi seis meses parado enfrente de un grupo de extraños.

Thursday, June 25, 2009

Viva Brasil

Los brasileños han llegado con todo! Tenemos dos seres al cual más alegres y temperamentales: El desordenado Marco y la feliz Leticia. Marco que no para de reír y si no hacemos algo entretenido por las noches lo toma como una ofensa personal. Leticia está llena de energía y quiere cambiarlo todo. Ellos han llegado para recordarme que lo mejor de la vida expat es reunirse alrededor de la mesa y hablar y beber y comer. La primera noche de Leticia en la casa expat, comimos quesos franceses y nos emborrachamos con vinos sur africanos. Con ella, desde hace un par de días tenemos un rito; Nos escapamos temprano del hospital, llegamos de primeros a la casa, y empezamos a cocinar: un día feijão, otro tortilla española. Hoy puse a todo volumen Rubén Blades y The clash y cocinamos espaguetis chinos. Mis manos huelen a jengibre.

Sobre los nómadas congénitos

Aun hoy no acabo de acostumbrarme a personajes de la misión que son verdaderos nómadas congénitos, expats que tienen al menos dos pasaportes, y cuando les preguntas donde es “casa” se quedan pensando por un tiempo y dan respuestas largas y confusas: recuerdo cuando escuché: “…mi padre es griego, y mi madre austriaca, pero yo crecí entre Ámsterdam y ciudad del cabo…” o “…yo tengo acento argentino pero culturalmente soy australiana…y si, mi pasaporte es italiano…” Leticia es el último ejemplo de esta especie de fabulosos seres: Apellido checo, pasaporte americano, pero se presenta como brasileña. Cuando le pregunté donde queda “casa” me dio una respuesta maravillosa: Parecía resolviendo una ecuación matemática mientras decía lentamente… “…nací en Detroit, crecí en São Paulo, pero estudie en Londres y Barcelona…vengo de pasar un par de años en Indonesia…pero mis libros, mis libros están en Porto Alegre…”

Sunday, June 21, 2009

A. Nowak

La Nowak es una Polaca de desordenado pelo rubio y sonrisa de niña que se mueve como solo lo hacen las mujeres que estudiaron balet toda una vida. Un día antes de su partida decidimos intercambiar música; Ania quería todo Tom Waits, todo John Cale, todo Sidesteper. Por mi parte no descansé hasta tener las joyas gitanas de su colección; Anka me mostró como suena Goran Bregovic cuando está acompañado por Iggy Pop. Escuchar todo nos tomó cuatro horas en las que conocí su Varsovia, me enteré de la migración de los Nowak hacia Francia y de la historia de Stanislawa, su abuela. Por mi parte, le conté de la dinastía de las hermanas Luna y sobre las tres Maritzas, empezando por mi tatarabuela. Anusia escuchaba fascinada aquella historia llena de alegría y tragedia ocurrida hace tantos años en un lugar exótico donde las montañas son verdes todo el año.

Tuesday, June 16, 2009

Entrando a las oficinas de NY

Las oficinas en NY tienen grandes ventanales, chorros de luz caen sobre hermosas fotografías de terreno y coloridas pinturas donadas por artistas. Apilados contra las paredes hay decenas de mapas rayados, sobre los escritorios hay botellas de vino a medio empezar. Hace pocos días fue la fiesta de navidad. A la entrada te recibe una negra gigantesca y elegante que al ver mi cara de agotamiento y expectativa dijo: primera misión, verdad?

En las oficinas te entregan un fólder a reventar de documentos y te conducen hasta una de las oficinas vacías. Después de un par de horas de lectura empiezas un tren de reuniones con personas de varias nacionalidades que te preguntan respetuosamente: quieres que la reunión sea en Inglés, francés o Español? El bombardeo de información es sistemático y a mansalva: protocolos de seguridad, la cultura, el idioma…en Nigeria hay tres culturas…nunca hables de religión…Biafra…MEND. A eso de las 6pm te entregan tus pasajes y dinero de seguridad: “vete al hotel, mañana a las 5am pasa el taxi por ti…” A mi salida la recepcionista preguntó: para donde vas? Respondí resuelto y serio: seis meses en el sur de Nigeria. Me dijo: déjame verte bien, me acordaré de ti, nos vemos en breve. Yo llevaba el pelo cortísimo, casi rapado. Salí a la fría NY de enero con todos los papeles en la maleta. Lo único que había quedado en mi memoria eran las palabras de la recepcionista.

Ahora que mi misión termina me ha dado por pensar en la persona que entrará a esa oficia en menos de un mes. Algo ha cambiado, pero no se muy bien cuanto; tengo el pelo un poco largo y nunca me peino, puedo pasar días sin rasurarme, de tanto vivir con franceses el otro día solté mi primer genuino e inconsciente “oh la-la…” (nunca volverá a pasar…lo juro …), el cuarto sigue en el mas riguroso desorden, escucho mas The Black Crowes y menos Cohen. Nada radical, todo muy normal. Sin embargo, hay algo extraño: no sé muy bien como, ni cuando, pero en estos días, por primera en mi vida, me veo al espejo y me siento de la edad que marca el calendario.

El buen Marco

Marco es Brasileño pero vive en Australia. En Sydney le hicieron la presentación de seguridad, le dieron los documentos necesarios, le dijeron “No tomes taxis, si no hay un carro esperándote, usa los teléfonos de emergencia. Por ninguna razón abandones el aeropuerto”. Después de pasar por Bangkok y Addis Ababa llegó hasta Abuja donde le recordaron “… tu espera al conductor…”. Pero Sydney y Abuja no tenían en cuenta los ánimos de la primera misión, el sabor brasileño, y muy especialmente el carisma que da viajar con la camiseta puesta. En el avión Marco conoció dos hermosas irlandesas, llegó al aeropuerto, no vio al conductor, esperó un tiempo prudencial de 30 segundos, se le olvidaron todos los briefings de seguridad y se subió al carro de las irlandesas.

Port Harcourt, cinco meses y una semana

Los expats vivimos en una esfera protectora de la realidad de Port Harcourt. Lo que puedo decir de esta ciudad es lo que alcanzo a ver por la ventana del carro en el viaje de la casa al hospital y del hospital a la casa. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que Port Harcourt es una ciudad de grandes contrastes donde una ferviente religiosidad convive con un alto grado de violencia. En esta ciudad la religiosidad deja de ser ese refugio que da paz y guía al creyente, en Port Harcourt la religiosidad es saturada, desbordada, obsesiva, desesperada. La compañía de minibuses se llama “Legión”, una persona en el hospital tiene coros de misa como Ringtone, en la universidad privada oran antes de clase, alguien utilizó sus vacaciones para asistir a charlas sobre la Biblia, los conductores son Gabriel, Jeremiah (AKA Jerry), Godwin… Por todas partes hay grandes letreros con la imagen de pastores de brillante sonrisa y mirada segura que dictan seminarios sobre la forma de casarse pronto y con la persona deseada. Las religiones que predominan son relucientes versiones del siglo XXI, con nombres llenos de palabras como renovación, revolución o salvación. Cuando te identificas como ateo quedan algo desorientados; Es imposible no creer en nada. Esta religiosidad es potenciada por una pobreza crónica y una gran concentración de los ingresos. Justamente al lado de uno de los barrios mas pobres se encuentra el Club de Polo. Por las calles se puede ver niños y jóvenes empujando carretillas con tanques de plástico; Veden agua. Port Harcourt es una ciudad de 4 millones de almas que viven sin acueducto o alcantarillado. La clase dirigente tiene verdaderos palacios, con pozos de agua y generadores de electricidad. Por las calles, Audis, Hummers, y Land Rovers transitan lentamente entre los niños y jóvenes empujando sus carretillas de agua. El otro factor que define la ciudad es la violencia, hecho que no puedo entender ni describir. Tal vez tan solo dar una imagen: un carro lleno de policías estrelló por accidente un camión rojo. Los policías en un salto deductivo malabárico, decidieron que el conductor del camión era el culpable de que ellos lo golpearan por detrás, así que procedieron a bajarlo a tirones y golpearlo y patearlo hasta el cansancio en medio de la soleada calle del medio día. Gabriel, conduciendo mi carro, veía la escena y se le aguaban los ojos. Mientras tanto me preguntaba en silencio porque el ser humano se empeña en dar armas de fuego tan solo a los idiotas.

El camino a Nigeria

Cada vez que un puesto queda disponible en la organización una intrincada maquinaria de llamadas, correos y compra de pasajes empieza a moverse en centros de reclutamiento como Sydney, Roma, Tokio, Paris, NY, entre otros. El expatriado seleccionado empieza a recibir información con semanas de anticipación. En mi caso fueron alredor de tres correos en inglés y francés con pasajes, forma precisa de llegar desde JFK hasta el hotel y del hotel a las oficinas, nombres, mapas, y hasta teléfonos de emergencia en NY. Recibí también documentos sobre Nigeria, sobre Port Harcourt, medidas de seguridad, códigos de vestimenta, clima y precios. En el momento de mi salida de Bogotá sabía el nombre del taxista que me recogería en Abuja.

Desde que sale de su casa el expatriado está en una carrera de relevos de responsabilidades. La oficina de reclutamiento lo lleva hasta la capital del país de destino. En el momento en que se baja del avión pasa a ser responsabilidad del equipo de coordinación, quien a su vez, lo envía a terreno, donde es nuestra responsabilidad traerlo a la seguridad del hospital o la casa expat. En mi caso, tomó siete días llegar desde Bogotá hasta Port Harcourt. En el viaje pasé sin problemas por tres continentes, cinco aeropuertos, e incontables taxistas. Este proceso se repite constantemente por todo el mundo para cada uno de los 3000 expatriados activos. Hacer trabajar esta maquinaria de una forma coordinada requiere una habilidad digna del circo del sol. Imaginen todas las posibilidades de error con expatriados viajando simultáneamente desde Punjab hasta Nueva Delhi y después hasta Abuja con cambio de aeropuerto en Addis Ababa, desde Sydney pasando por Bangkok y con cambio de avión en Dubai. Si una Alemana en Sao Paulo confunde inocentemente Tusday con Thurday, alguien comprará el pasaje equivocado en París y tendremos a un un expat varado por dos días en Cotonou, si un nigeriano no entiende el inglés de una Francesa, alguien no tendrá donde dormir en la amigable Lagos, tan solo es necesario que alguien en Port Harcourt tenga demasiado trabajo, olvide abrir el correo y de repente tenemos a un francés que no habla inglés, en su primera misión, parado frente al aeropuerto de Port Harcourt, viendo a los lados, con la maleta entre las piernas, el chalequito puesto, y sin carro que lo recoja. Désolé Jean Luc!

Sunday, June 7, 2009

Lapidarium

Esto se acaba. En el momento que escribo estás líneas me queda poco mas de un mes de misión y para mi sorpresa hay mas de 18 páginas de textos que no he subidos a la red. Señoras y señores, para bien o para mal a continuación mis Lapidarium:

Lapidarium 1

Me asomo constantemente a la ventana de la sala de cirugías, al principio las escenas me impresionaban, pero lentamente me fui acostumbrando. Lo mas violento no es el ser humano y su cuerpo inerte, lo mas violento es ver a los doctores tranquilos en acción. Ninguna imagen es tan agresiva como un cirujano ortopédico luchando fuertemente con un húmero, la escena que presenciaba era tan cruda que no puede evitar hacer un gesto de horror, entonces me dí cuenta que habían usado anestesia local, el paciente estaba despierto y veía mi cara…

Para nadie es un secreto así que digámoslo bien alto, el nombre de este blog es pésimo. Es reflejo directo de la falta de planeación que acompaño su nacimiento. Otros nombres serían menos ambiciosos y darían mas información sobre su contenido o al menos del contexto. El primero que se me ocurre es “Desde el mosquitero”. Este nombre da mas idea de la posición, ángulo, incomodidad, y esfuerzo que dedico sino para escribir los posts, para mantenerme alejado de los anófeles. Me gusta su simplicidad. Otro nombre posible sería “Confesiones del un natural Born mosquito killer”; no se imaginan la habilidad que he alcanzado para darles muerte, algunas veces con una sola mano y sin ninguna cargo de conciencia. Ellos se han defendido enviado cada vez mas legiones belicosas y suicidas, especialmente de noche y cuando escribo.

Se bien que este no es el lugar para ponerse místico, pero algunas veces sucede que me entiendo tan bien con la gente que creo conocerla de otra vida. Se que es algo absurdo viniendo de alguien que se declara ateo, pero qué le vamos a hacer, me sucede con todos mis buenos amigos y amigas, pero especialmente con las mujeres de mi vida. Con S me pasó desde le primer momento en que la vi.

Lapidarium 2

Aún hoy las cicatrices nigerianas le gritan al mundo: mi padre y mi madre pertenecen a la tribu de allá, al oeste tengo cientos de hermanos de tribu que me ayudan y me protegen, todos ellos tienen estas mismas marcas, porque el hermano es quien comparte tribu, no sangre. Después de un tiempo empiezas a darte cuenta que las marcas también pueden estar en los brazos, en medio del pecho, en la nuca, pequeñas, apenas perceptibles al lado de los ojos. Hace tan solo 10 años un hausa sin cicatrices era un bastardo, alguien sin padre, sin tribu.

 

 

 

Lo peor que le paso a África fue la llegada del carro. Olviden la esclavitud que se robo generaciones, las armas de fuego que trajeron los europeos, olviden también malaria, Sida, Bono y Geldorf, los malos gobiernos, la corrupción, y la fuga de cerebros. Todas las mañanas millones de africanos se suben a sus carros, hacen filas de horas para comprar gasolina, algunos empiezan desde el día anterior, y después están listos para andar por las calles a una velocidad de vértigo ignorando toda regla de básica de transito, o sentido común: Hoy encuentro totalmente lógico que los policías de trafico tengan AK47s, ahora se que no son indiferentes, simplemente se han rendido a la anarquía de las calles.

 

 

Un Fiat rojo y destartalado de placas OW44PHC. Uno de los pasajeros se baja y abre el baúl y aparecen 4, tal vez 5 cabras apiñadas una sobre otra. Arregla una que parece estar acostada y se vuele a subir. 

Lapidarium 3

Lo sucedido y no escrito ha sido mucho y lo llevo conmigo. He aprendido que puedo sobrevivir y hasta trabajar bajo el calor abrazador, que puedo ser amigable y distante, hablador y callado y que está bien. He aprendido el nombre de la delantera del Manchester United, de las cuatro meseras del Toby y de innumerables personas en el hospital. He dormido poco, he leído menos y he escrito demasiado. He tomados tres fotos. He comprobado que un hombre puede vivir escuchando solo a los Rolling Stones. He abandonado mi apariencia personal y la he encontrado de nuevo. Lo he comido todo. He comprado cuatro hermosas mascaras Yoruba. He encontrado gente de lo mas interesante, que llega y se va, que estimo y no olvido. He hecho una buena amiga que me gustaría que conocieran todos, que de alguna forma extraña me ha enseñado de nuevo algo de la decencia que se me estaba embolatando.

 

 

Una prueba de la entrega total a la causa siempre será vista con buenos ojos por los jefes, así sea a todas luces un acto carente de sentido común.

 

 

Una de las cosas mas interesantes de vivir en misión es la completa carencia de certeza que tenemos, la misión de seis meses puede ser acortada, alargada, pueden cerrar la misión, puede haber una emergencia. La anterior jefe de terreno debía terminar su misión mucho después, pero fue reemplazada rápida y eficientemente. Ninguna de las dos personas que ocuparon antes mi puesto terminaron su misión. Llevo 12 semanas que parecen 21, estoy agotado todo el tiempo. Siento como mi estado de ánimo lentamente cambia, producto del estrés y del cansancio, hacia una versión mas agresiva de mi mismo, pero de acá no me muevo.

Lapidarium 4


Cindy louper canantando money changes everything, seguida de los rolling stones con Out of control…la version sobria de voodoo lounge y no la acelerada de no security…el dia empieza bien...

 

 

Recuerdo perfectamente la primera vez que escuche adiós nonimo de Paizzolla, Nantes de Beirut, all the world is green the Tom Waits, Los altos del Cerro de la Llorente, Let it all go de Mark Knopfler, Terra de caetano, Rocket man de Elton, Estadio Azteca de Calamaro, etcetcetc...esa sensación genial de esto empezó bien y después cuando se termina, las ganas de volver a escucharla desde el principio, la alegría de mostrárselo a toda la gente que tengo la suerte de encontrarme en el camino. Me fascina ver las caras cuando Jira son Bali de Blades (Mundo) pasa de cantos africanos a una descarga de salsa, cuando entra la voz de teresa Salgueiro en Oxala o cuando la Downs sostiene una nota de paloma Negra y se quedan confundidos, petrificados.

 

 

En estos días me encuentro de lo mas mexicano, siento a quien se deje y le digo:  la bajita es Julieta y la alta Marisa Monte, estos son los Plastilina Mosh, esto es Caifanes, esta es Lila Downs. La sola imagen de Lilla, tan llena de texturas, tan llena de carácter, tan mestiza. Algunas vez intente traducir al inglés “si porqué te quiero quieres llorona, que la muerte reciba, que se haga tu voluntad llorona, que por suerte de dios no viva…salías del templo aun día llorona cuando al pasar yo te vi…hermoso huipil llevabas llorona, que la virgen te creí…” pero las canciones perdían tanto tantísimo con mi traducción en caliente que a la mitad me detuve,  entonces Lilla empezó a cantar en náhuatl, y por fin mi paciente victima y yo entendíamos lo mismo: nada.

 

 

Cecile es una amigable francesa quién alguna vez me dijo: después de la misión 12 o 13 dejas de contar, nunca desarmes las maletas, es mejor estar preparado para todo.

 

 

Savvas era un misterio: cara joven, pelo canoso, “soy griego sudafricano pero vivo en Ámsterdam...” a cuanta persona se le atravesaba la invitaba a quedarse en su flat con vista a la playa de Ciudad del Cabo. Tenia una agenda donde seguía las ciudades que debía visitar. Me decía: “la próxima semana Ámsterdam, a los dos días Barcelona, de ahí una semana en Homa bay, Kenia, y después, Ciudad del Cabo por un mes... ”

 

 

Siempre se esta llegando, se esta saliendo, las maletas a medio hacer, cada vez menos ropa, toda vuelta nada, ojeras permanentes, mal peluqueado, con los deseos enormes de simplemente dormir y dormir, nada mas, solo la tranquilidad de dormir, pero no, llegas a la cama y el sueño se te escapa entre los dedos. En cuatro meses solo una vez he dormido mas de 6 horas. 

P

El sábado regresaba del hospital con mi Ipod puesto, los expatriados a mi alrededor reían, contaban historias, el día había sido tranquilo, y hasta frío. Había llovido por la mañana. Enfrente mío, Larry, un keniano de dos metros, reía a carcajadas y yo me preguntaba cómo fue que llegué hasta aquí. Qué eventos llevaron a que me encuentre en este momento metido en un carro lleno de extranjeros riendo. Sonaba Nick Cave con su Far From Me.

Debe ser claro que el único culpable soy yo, mis decisiones son mis decisiones y de nadie mas, pero qué conjugación de eventos llevaron a que pudiera tomar estas decisiones. Si tuviera que seleccionar un momento sería aquella mañana de sábado en la clase de Yoga en el norte de Bogotá. El día que conocí a P. Ella era una mujer con una cara hermosa y un acento Argentino. No recuerdo muy bien como pasó pero empezamos a hablar. Luego me contó de su trabajo en África, en oriente medio, de su misión en Colombia. A los pocas semanas mis fines de semana habían sido totalmente transformados, expatriados de todas las nacionalidades empezaron a hacer parte de mi vida. P abandonó Colombia y fué reemplazada por M, francesa adorable y temperamental quien hacía su primera misión en Colombia. Hoy en día ha pasado también por Haití y Gaza.

La última vez que vi a P fue en NY, yo estaba en mi entrenamiento y ella trabajaba en las oficinas de esa ciudad. El reencuentro fue extraño pero memorable. Es difícil cuando ha pasado tanto tiempo. Me enseño su ciudad, sus bares y restaurantes preferidos. La ultima vez que visité esa ciudad, justamente antes de venir a Nigeria, fui, no sin algo de nostalgia, a su Café Gitane, caminé por la noche de Soho y el Greenwich Village. La vida neoyorquina de P me dio una de las imágenes mas bonitas que tengo grabadas en la memoria: Amanecía, y mirado por la ventana del taxi pasaba el puente Brooklyn y después todo Manhattan hasta la calle 77.